El 3 de julio se celebra el Día Internacional Libre de Bolsas Plásticas, una conmemoración organizada por GAIA y Basura Cero Europa. Esta iniciativa fue creada por Rezero – Fundació Prevenció Residus i Consum Responsable, y es apoyada por cientos de organizaciones alrededor del planeta.

En el mundo se producen 290 millones de toneladas de plástico anualmente y el 30% son productos desechables (se usan 15 minutos y ya). Estas bolsas que se distribuyen en todos los negocios y comercios para empacar cosas como 3 pastillas, 1 tomate, y paquete de papitas (que ya viene empacado en otra bolsa) o cualquier artículo, terminan en el océano o contaminando la tierra. Las 80 toneladas de plástico que hay en el océano representan el gasto de 1000 millones de barriles de petróleo (Seattlebagtax.org).

Las bolsas plásticas no desaparecen y constituyen un grave daño a la naturaleza pero también es una injusticia social: poblaciones con pocos ingresos y servicios públicos ineficientes sufren las consecuencias de la contaminación y las generaciones futuras tendrán que enfrentar las consecuencias de nuestro consumo desmedido de desechables.

Las bolsas plásticas dañan la naturaleza y nos dañan a nosotros. Ni siquiera las que se venden como biodegradables (oxo-biodegradables) son inofensivas. Estas se descomponen pequeñas partículas que terminan ingresando a la cadena alimenticia, otras se enredan en los animales causándoles deformaciones y también la muerte.

Ningún desecho que se genere para usarse una vez debe ser vendido como la panacea, pues para su fabricación también se gastan recursos  y energía. Por eso, ni las bolsas de papel, ni otros desechables son ideales. Carga tu propia bolsa de tela, hay miles de tutoriales en internet de cómo hacer bolsas para mercado con camisas viejas, reutilizando materiales que ya se tienen.

Hagamos que el Día Internacional Libre de Bolsas Plásticas sea todos los días. Usa tu imaginación para que no tengamos que imaginarnos un mundo limpio y saludable.