En nuestra pasada entrega de ‘febrero, mes de la esterilización‘, hablamos de quiénes son las personas encargadas de realizar la esterilización de los perros y gatos. Hoy hablaremos sobre el lugar dónde se realizan.

Normal e idealmente, cualquier cirugía debe realizarse en un quirófano bien establecido donde las condiciones como humedad, temperatura y asepsia, entre otras, están bien controladas. Además, este lugar debería contar con dispositivos médicos, insumos y medicamentos con los cuales atender cualquier evento que se presente durante el proceso de cirugía. Y aunque la práctica de la medicina veterinaria a nivel nacional no tenga las mismas regulaciones que las de la humana, estos espacios deben contar con los mínimos requerimientos y personal capacitado para garantizar la idoneidad de los procedimientos que se realicen. Sin embargo, existen excepciones.

El tema de los servicios veterinarios que se prestan de forma itinerante permite cierta flexibilidad (al igual que lo hacen algunos proyectos pro humanos como Médicos Sin Fronteras y otros similares), donde los servicios se prestan en lugares poco comunes como barcos, escuelas, tiendas de campaña, etc. Esta permisividad radica en el hecho de la falta de infraestructura médica, la ausencia de recursos y lo remoto de los lugares a los que se asiste, permitiendo extender el alcance de servicios básicos y salvar vidas.

Esto no quiere decir que dicha flexibilidad otorgue permiso para ejecutar procedimientos irresponsables y negligentes, al contrario, obliga a hacer esfuerzos aún mayores en términos de recursos y procesos, que posibiliten la prestación de servicios de salud -en este caso veterinarios- de alta calidad, siempre en aras de brindarle un cuidado respetuoso a los animales y afianzar la confiabilidad de las familias.